Algo de mi…
Bueno acabo de mirar algunos blogs y están llenos de fotografías, de muñecos, peluches, mascotas y cosas así… yo no tengo muñecos, ni muñecas, ni peluches, ni mascotas… mi casa parece un desierto.
Hoy como no tenía que ir a trabajar, me he vestido con cierto desenfado, como acostumbro, cuando no tengo nada que hacer. Me he puesto unos pinkis (Dios que palabra!) color verde fosforito y una zapatillas de cáñamo color naranja fuerte. Los pantalones un poco rotos de atrás (se me veía la ropa interior, que era verde caqui a juego con los pinkis). El conjunto resultaba algo bizarro; pero yo estaba cómoda que es lo importante. De esta guisa he salido a la calle, esperando no encontrar a nadie conocido (que ilusa!). Se me ha ocurrido ir a la biblioteca central, y cuando iba hacia allá zaca!, me encuentro con una antigua compañera, yo pensaba que se iba a hacer la loca y no me iba a saludar, pero la tía se ha hecho la valiente y se ha parado conmigo, mirándome de arriba abajo y quedándose prácticamente sin habla al llegar a los pies…nos hemos despedido con los formalismos habituales ( a ver si nos vemos y quedamos y eso). He respirado y he seguido andando un poco con el miedo en el cuerpo. Al momento otra compi, y nada la misma cosa, las mismas preguntas, la misma cara de estar pensando: “ esta tía está más zumbá que una paraguaya”. Por fin , llego a la biblio, me he sentado en la hemeroteca y ya tranquila… Cuando he salido: teléfono, me llamaban de la oficina que tenía que pasarme urgente a firmar unas cosas; pues nada yo tan dispuesta como siempre y estando a un paso, me he pasado por allí. Al llegar a la ofi, el ascensor estropeado, así que a patuqui (siete pisos). He llegado arriba para que me dieran los “santos oleos” ( o extrema unción -como diría mi madre-), yo sin respiración, y los demás ni te cuento! estaban como disecados … en fin me he recompuesto y he firmado aquello urgente. Bajando las escaleras, ya de vuelta, he pensado: “no habré firmado mi sentencia de muerte”jejej